Aunque nuestras rutas de trekking son bastante moderadas, se recomienda estar en buena forma física. Es muy difícil evaluar el grado de dificultad de una ruta, ya que desconocemos su nivel físico.
Un abuelo de 73 años realizó uno de nuestros programas de dos noches sin incidentes. Varios grupos con niños preadolescentes hicieron lo mismo. Pero también hemos visto a veinteañeros que no pasaron de la primera colina antes de regresar.
Por lo tanto, para nosotros es difícil saber con antelación si un programa es adecuado para el grupo. También es difícil saber la dificultad o facilidad de una ruta; las condiciones climáticas influyen, y la humedad o el calor pueden sorprender a algunos participantes.
Nuestros guías están capacitados para evaluar las capacidades del grupo y modificar la ruta si es necesario. El guía también modificará la ruta si el clima lo requiere o si el grupo solicita una ruta más fácil, más difícil, más corta o más larga. Somos flexibles, comprensivos y con recursos.
Además de la condición física individual, el clima es un factor importante: la temporada de calor (marzo-abril) puede alcanzar temperaturas de más de 30 °C hasta mediados de los 40 °C. La humedad puede ser un problema para algunos. La temporada de lluvias va oficialmente de julio a octubre, aunque en abril se producen tormentas eléctricas ocasionales y fuertes vientos, y las lluvias no suelen cesar por completo antes de noviembre. El invierno (noviembre-febrero) se considera el más adecuado para el senderismo, con un clima más fresco y sin lluvias. También tiene el cielo más despejado, lo que permite disfrutar de las mejores vistas al ascender a las colinas.
Tenga en cuenta que, una vez iniciada la caminata, no ofrecemos reembolsos, ya que aún debemos pagar al guía y (si se trata de un programa con pernocta) a las familias anfitrionas.
